domingo, 5 de febrero de 2012

Violencia acallada con violines




Golpeas las ventanas con los puños desnudos. Los pañuelos que usaste para protegerlos ya están demasiado ensangrentados para envolver tus manos. Las telas ya no tienen ojos. Están hartas de escuchar. Querrías poner el silenciador a tus gritos, pero no alcanzas tus cuerdas vocales. Así que aprietas los labios y recoges con horquillas las arrugas de tu rostro frustrado.


Violencia acallada con violines.

Nunca te gustó esta historia. El tiempo no es lo tuyo, ni los eufemismos sociales. Disfrutabas con el desorden de tu caótica vida. Eras libre.

Pero te atrapó, oprimiendo tu realidad inventada; y te alejó de tu feliz engaño.

Y ahora estás perdida entre jeringuillas y pastillas. Huyes esperando que te sigan, como solían hacer. Pero se han cansado de seguirte, y tú no sabes cómo volver.

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